Borrar

Estrategias de motivación en el aula

Como profesionales del mundo educativo, sabemos lo importante que es mantener al alumnado entusiasmado por aprender día a día; a fin de cuentas, la motivación es clave para que se involucren más en clase y den lo mejor de sí. Cuando están motivados, no solo participan más, sino que también mejoran sus calificaciones y disfrutan del proceso de aprendizaje. Proyectos educativos, metodologías educativas, recompensas emocionales y dinámicas concretas son solo algunas ideas que pueden ayudarte a ello. ¿Quieres saber más acerca de la importancia de la motivación y cómo despertarla en tus estudiantes? ¡Te damos las claves que necesitas!

¿Qué es la motivación en el aprendizaje?

¡La motivación en el aprendizaje es esencial! Tengas la edad que tengas, este es un factor fundamental si se quiere progresar y avanzar de la mejor manera en el proceso educativo. Si bien, en el caso de los niños y niñas pequeños esto se vuelve indispensable, siendo más que recomendable contar con proyectos para Educación Infantil que contemplen este aspecto.

Pero ¿qué entendemos por motivación en el aprendizaje? En concreto, este término se refiere a la fuerza interna o externa que impulsa a una persona a actuar, persistir y lograr objetivos en el contexto educativo. Es un factor crucial que influye en la disposición de los estudiantes para aprender, la calidad del aprendizaje y la capacidad de superar desafíos académicos.

Factores que influyen en la motivación del alumnado

Pero ¿qué influye en la motivación del alumnado? ¿Qué es más decisivo a la hora de que tengan mayor interés en aprender? Principalmente:

  • Interés en la asignatura que se imparte.

  • Confianza en las propias capacidades.

  • Valor y utilidad percibida del contenido académico.

  • Establecimiento de objetivos claros.

  • Apoyo y reconocimiento educativo.

Técnicas de motivación

Si quieres aumentar la motivación de tu alumnado, tienes que saber que existen algunas técnicas y estrategias psicológicas y pedagógicas que te pueden ayudar a ello.

  • Estimular la autonomía: por ejemplo, dándoles la oportunidad de elegir temas de trabajos, proyectos, maneras de presentar, tipo de examen, etc.

  • Marcar metas y ofrecer retroalimentación: lo más recomendable es que las metas que se marquen sean claras y que, como docente, ofrezcas feedback a tus estudiantes. Si reconoces sus méritos se verán más motivados a continuar.

  • Utilizar refuerzos intrínsecos: fomentando la satisfacción personal y el interés genuino en el aprendizaje, alentando a los alumnos y alumnas a encontrar significado en las tareas académicas.

  • Favorecer la colaboración entre el alumnado: promoviendo actividades grupales y proyectos colaborativos que desarrollen habilidades sociales y de trabajo en equipo, aumentando la motivación y el compromiso.

  • Relacionar el aprendizaje con la vida cotidiana: conectando los conceptos académicos con situaciones y problemas del mundo real, ayudando a los estudiantes a ver la relevancia y la aplicación de lo que están aprendiendo.

Actividades de motivación en el aula

Incorporar actividades de motivación en el aula puede transformar la forma en que el estudiantado se relaciona con el aprendizaje. Existen diversas estrategias que pueden inspirar y mantener el interés de alumnas y alumnos, creando un ambiente de aprendizaje más positivo.

Dinámicas grupales y colaborativas

Las dinámicas grupales y colaborativas son una muy buena estrategia para fomentar el trabajo en equipo y el aprendizaje conjunto, y de esta manera motivar a tu alumnado. Toma nota de las siguientes ideas:

  • Corriente eléctrica: el alumnado tiene que sentarse en círculo y cogerse de las manos. El profe hace una señal (por ejemplo, un apretón de manos) y cada estudiante debe transmitirla rápidamente al siguiente. El objetivo es mantener la «corriente» constante y rápida a lo largo del círculo, fomentando la concentración y la coordinación.

  • Cadena de palabras: el primer estudiante dice una palabra relacionada con un tema específico y el siguiente debe decir otra palabra que comience con la última letra de la palabra anterior. Así se continúa hasta completar el círculo.

  • Dibuja en mi espalda: los alumnos y alumnas se emparejan y, de dos en dos, se sientan uno frente al otro. El primero dibuja una figura simple en la espalda de su pareja con un dedo, y esta debe adivinar qué está dibujando. ¡Muy simple y divertido!

  • Adivina quién soy: cada estudiante recibe una tarjeta con el nombre de un personaje famoso, animal o cualquier otra categoría que se les ocurra o que marque el docente. Sin mirar su propia tarjeta, quien empiece se la pega en la frente y debe hacer preguntas a los demás para adivinar quién es. Y recuerda, ¡solo se pueden hacer preguntas de sí o no!

Actividades individuales para fomentar el interés

Aparte de las dinámicas de grupo, también existen actividades individuales que ayudan a mantener y fomentar el interés entre el alumnado:

  • Diarios de aprendizaje: ¿por qué no pruebas a animar a tus estudiantes a llevar un diario donde reflexionar sobre lo que han aprendido? También pueden utilizarlo para expresar sus pensamientos y emociones respecto a los temas tratados en clase y planificar sus objetivos futuros.

  • Lecturas seleccionadas: una buena idea es ofrecer una variedad de libros, artículos y otros materiales de lectura, y permitir que los estudiantes escojan los que más les interesen como lectura trimestral, por ejemplo. Les será posible escribir reseñas, hacer resúmenes o crear presentaciones sobre lo que han leído.

  • Creación de un blog: ¡animar a los estudiantes a crear un blog sobre un tema que los apasione es una gran idea! Esto puede incluir hablar sobre escritura, fotografía, videografía e incluso edición, permitiéndoles desarrollar habilidades técnicas y creativas. 

Cómo sorprender a los estudiantes el primer día de clase

¡Las primeras impresiones cuentan! Por esto mismo es importante transmitir una buena sensación el primer día de clase, ya que puede ser esencial para motivar al alumnado desde el comienzo. ¿Quieres alguna idea? ¡Presta atención!

  • Presentación personal y cercana: tómate unos minutos para presentarte, hablando un poco sobre ti, tus intereses y tu experiencia. Esto ayudará a verte como una persona accesible y cercana.

  • Actividad para romper el hielo: organiza una actividad divertida que permita a los alumnos y alumnas presentarse y conocerse entre sí. Esto puede ser un juego, una dinámica de grupo o una breve presentación personal.

  • Escucha activa: dedica tiempo a escuchar las preocupaciones, preguntas y expectativas de tu clase. Así demostrarás que valoras su opinión y que estás allí para apoyar.

  • Actividad introductoria al contenido: introduce un tema interesante o una actividad relacionada con el contenido del curso. Esto despertará el interés y mostrará que el aprendizaje será dinámico y entretenido.

  • Cierre positivo: termina la clase con una nota positiva, agradeciendo a los estudiantes su participación y expresando tu entusiasmo por el curso. Invítalos a reflexionar sobre lo que han aprendido y a compartir sus expectativas para las próximas sesiones.

Técnicas motivacionales efectivas

Por último, pero no menos importante, debes tener presente que conseguir una buena motivación de tus estudiantes también implica trabajar técnicas que les ofrezcan algún tipo de recompensa emocional. Estas recompensas emocionales no solo refuerzan su autoestima y confianza, sino que también fomentan un sentido de pertenencia y satisfacción personal, lo cual es crucial para mantener su entusiasmo y compromiso.

Uso de recompensas y reconocimientos

Incentivar al alumnado con recompensas puede ser una excelente manera de mantenerlos motivados. Las recompensas no siempre tienen que ser materiales; un simple reconocimiento verbal puede marcar una gran diferencia, o incluso premiar con salidas o excursiones educativas, por ejemplo. Celebrar los pequeños y grandes triunfos proporciona una sensación de logro y les motiva a seguir esforzándose.

Establecimiento de metas y desafíos

Dividir las tareas grandes en desafíos más pequeños y manejables puede hacer que los objetivos parezcan menos abrumadores y más alcanzables. Además, es posible convertir los desafíos en una fuente de diversión y competencia sana, fomentando el esfuerzo y la perseverancia.

Manteniendo la motivación a largo plazo

Ahora bien, no puedes olvidar que, al final, lo más importante, y quizá lo más complicado, es mantener la motivación de tu alumnado a largo plazo. De poco servirá que comiencen el curso con ilusión para luego perderla a los pocos días.

Para ello, es crucial evaluar regularmente el progreso de los estudiantes y ajustar las estrategias motivacionales en función de sus experiencias y resultados. Ofrecer retroalimentación constructiva y celebrar los logros, por pequeños que sean, ayuda a mantener el entusiasmo y el compromiso. Además, proporcionar recursos adicionales, como materiales de estudio, talleres y actividades extracurriculares, enriquecen el proceso de aprendizaje y consiguen mantener el interés del alumnado. ¡La clave está en ser flexible y estar dispuesto a innovar para que la motivación perdure a lo largo del tiempo!

Suscríbete al boletín de novedades
Toda la actualidad de Santillana en un solo clic
x