ACTIVIDADES PARA ESCOLARES CON DISLEXIA

Cada persona tiene su propio ritmo y estilo de aprendizaje, y esto es especialmente importante para los niños y niñas con dislexia. Esta dificultad de aprendizaje puede hacer que la lectura y la escritura sean un verdadero desafío, pero con los recursos y actividades educativas adecuadas para escolares con dislexia podemos ayudarlos a superar estas barreras.

¿Qué es la dislexia en la infancia?

La dislexia es un trastorno del aprendizaje que dificulta la capacidad de leer, escribir y deletrear. No se trata de un problema de inteligencia, tampoco de esfuerzo ni de atención; por el contrario, su causa es neurológica. Si bien es cierto que la dislexia puede presentar desafíos significativos en el ámbito educativo, con el apoyo adecuado y las estrategias de enseñanza específicas, el alumnado con dislexia puede desarrollar sus habilidades y alcanzar su máximo potencial académico.

Dislexia en niños y niñas de 6 a 7 años

¿Sabías que el entorno puede influir en la aparición de la dislexia en los niños y niñas? Aunque la genética tiene relación directa, no hay que dejar a un lado factores externos como el contexto socioeconómico, el apoyo de la familia y del colegio. Todo ello puede determinar si un escolar enfrenta dificultades académicas o, por el contrario, afronta con buenos resultados su aprendizaje y vida personal.

Por todas estas razones, la dislexia puede manifestarse desde edades muy tempranas, existiendo señales que apuntan a ella, incluso antes de comenzar a leer, por ejemplo, cuando en el aula empiezan a Sin embargo, es el momento en el que comienzan a aprender a leer, denominado salto cualitativo, cuando se confirma si se padece o no dislexia. Esto suele ser, por norma general, entre los 6 y 7 años, cuando se está cursando primero de primaria.

Pero ¿cuáles son los signos que nos pueden alertar de la posible presencia de dislexia en niños de 6 a 7 años? Bien, estos pueden dividirse en función del área a la que afectan:

Lenguaje oral:

Expresión oral y vocabulario pobres o escasos.
Dislalia.

Escritura:

Escritura espejo de letras y de números.
Mezcla de letras mayúsculas y minúsculas.
Ausencia de tildes y signos de puntuación.
Falta de vocabulario.
Fragmentación de palabras o unión de sílabas que no van juntas.
Cambio del orden de las sílabas de una palabra.

Aprendizaje:

Problema para aprender a leer y escribir.
Dificultades para aprender series y secuencias, como, por ejemplo, los meses del año o los días de la semana.
Mayor complicación para aprender lenguas extranjeras.
Dificultad para aprender, por ejemplo, las tablas de multiplicar, o para leer números que son fonéticamente parecidos.

Lectura:

Dificultad para leer palabras largas.
Confusión entre letras que se parecen, ya sea gráfica o morfológicamente.
Omisión de nexos.
Mejor comprensión oral que lectora.
Lectura mecánica y/o monótona.
Velocidad de lectura baja.
Salto de los signos de puntuación, o se hacen incorrectamente.
Acentuación incorrecta de las palabras.
Confusión o sustitución de algunas palabras.
Repeticiones, tartamudeo, trabarse al leer.

Motricidad:

Postura corporal incorrecta al escribir, así como del papel.
Escritura irregular y demasiado presionada sobre el papel.
Escritura lenta y dificultosa.
Letras con trazos sueltos.

Eso sí, debes tener en cuenta que estos son solo algunos ejemplos de las señales más comunes de dislexia en niños y niñas, pero no hay que olvidar que cada peque es un mundo, y los signos pueden variar. Lo mejor es que, en cada caso, un especialista evalúe la situación y emita un diagnóstico.

Cómo trabajar la dislexia en el aula

Entonces, ¿cómo se debe afrontar la dislexia desde el aula? ¿Qué actividades son adecuadas para estudiantes con dislexia? Lo primero que debes tener claro es, sin duda, que se debe abarcar de una manera inclusiva; es decir, haciéndolo de tal manera que ningún niño o niña se sienta excluido en ningún momento. Para ello, puedes hacer uso de múltiples materiales, recursos y tácticas que te ayudarán:

Usa materiales multisensoriales: juguetes, juegos y aplicaciones interactivas o pantallas táctiles, por ejemplo.
Crea un ambiente acogedor: para que así no se sientan frustrados ni excluidos.
Emplea libros y cuadernos de lectura adaptados: hoy en día existen multitud de recursos que sirven de apoyo para niños y niñas con dislexia. Estos suelen tener una letra más grande o mayor espacio entre palabras y renglones.
Dales más tiempo para completar tareas.

Actividades para trabajar la dislexia en Primaria

Para trabajar la dislexia en el aula no solo se deben proporcionar los recursos necesarios, sino también poner en práctica actividades que los ayudarán a desarrollar sus habilidades de lectura y escritura de la mejor manera posible. Estas deben ser diseñadas de forma que se adapten a las necesidades individuales de cada estudiante y fomenten un ambiente inclusivo y motivador. Algunas de las tareas recomendadas incluyen:

Uso de plantillas de escritura: para que poco a poco ganen confianza a la hora de escribir.
Ejercicios de segmentación de palabras: dividir las palabras en sílabas o sonidos ayuda a mejorar la conciencia fonológica.
Empleo de tarjetas con imágenes y palabras: ya que facilitan la asociación visual y el reconocimiento de palabras.
Juegos de escritura creativa: para estimular la imaginación y la práctica de la escritura de manera divertida.
Ejercicios de memoria centrados en las palabras: para mejorar el aprendizaje de nuevas palabras y la retención.
Actividades para trabajar las emociones: como juegos de identificación de emociones con tarjetas visuales y role-playing de situaciones cotidianas.

Trabajar la comprensión lectora de forma divertida

¿Y cómo se puede trabajar la comprensión lectora de manera divertida? Sin duda alguna, esta es una habilidad fundamental en el proceso de aprendizaje, especialmente para niñas y niños con dislexia, quienes pueden encontrar la lectura más desafiante. Es esencial abordar esta área de manera creativa y lúdica para mantener su interés y motivación. ¡Toma nota de estas ideas!

Bingo de palabras: prepara tarjetas de bingo con palabras clave del texto que deberán leer. A medida que lees las palabras en voz alta, las marcan en sus tarjetas. Quien complete en primer lugar una línea o toda la tarjeta grita «bingo». ¡Sencillo y divertido!
Juegos de preguntas y respuestas: después de leer un texto, divide la clase en equipos y haz preguntas sobre la historia. Utiliza un formato de concurso para hacerlo más entretenido y dinámico, ¡fijo que les encanta! Este enfoque ayuda a reforzar la retención de información y la capacidad de recordar detalles importantes.
Audiolibro: emplea audiolibros para que los peques sigan la historia mientras escuchan. Luego, organiza una discusión en grupo sobre la trama, los personajes y las lecciones aprendidas. Esto es particularmente útil para escolares que tienen dificultades con la lectura visual pero se benefician del soporte auditivo, mejorando su comprensión global.
Historias colaborativas: comienza una historia y pide a cada estudiante que agregue una oración o párrafo. La historia debe tener coherencia, por lo que deben prestar atención a lo que los demás han escrito. Esta actividad mejora la cohesión narrativa y la capacidad de trabajar en grupo, fomentando la creatividad y la comprensión lectora.

Juegos para dislexia

Los juegos diseñados específicamente para mejorar las habilidades de lectura pueden ser herramientas muy efectivas para niñas y niños con dislexia. En la mayoría de los casos, ofrecen ejercicios interactivos que ayudan a identificar y corregir errores comunes en la lectura y escritura. Además, juegos de mesa como Scrabble pueden ser adaptados para enfocarse en la formación de palabras y el reconocimiento de patrones fonéticos. Estos pasatiempos no solo ayudan a mejorar las habilidades de decodificación y reconocimiento de palabras, sino que también hacen que el aprendizaje sea más dinámico y atractivo.

Unido a todo esto, juegos de memoria que utilizan tarjetas con palabras y sus imágenes correspondientes pueden fortalecer el reconocimiento visual de las palabras y mejorar la memoria a corto plazo, crucial para la fluidez lectora.

La importancia del apoyo continuo

El apoyo continuo es fundamental, ya que esta condición puede afectar su aprendizaje a lo largo de toda su vida académica. Es crucial que tanto los padres como el equipo docente comprendan la necesidad de proporcionar un entorno de apoyo constante y adaptativo. Este debe incluir estrategias de enseñanza individualizadas, el uso de tecnologías y recursos especializados, así como un seguimiento regular del progreso.

Además, es importante fomentar una comunicación abierta y frecuente entre todos las personas involucradas para asegurarse de que las estrategias implementadas sean efectivas y ajustadas según sea necesario. El apoyo emocional también juega un papel crucial, ya que los peques con dislexia suelen enfrentar desafíos adicionales en términos de autoestima y confianza. Proporcionar un entorno positivo y alentador, donde se celebren los pequeños logros y se aborde el fracaso de manera constructiva, ¡puede marcar una gran diferencia en el bienestar y éxito académico de los escolares con dislexia!