El alma y corazón de la enseñanza es el deseo de guiar y de encender la curiosidad en otros. Pero bien sabemos que esto no siempre es fácil, ¿verdad? De hecho, ¡todo lo contrario! Para hacerlo bien, la educación que se da a los estudiantes no puede ser un recuerdo del pasado; debe ser una práctica marcada por el constante aprendizaje y la formación continua a través de los recursos para los profesores. Los buenos educadores saben que enseñar es más que un trabajo: es una vocación que exige apertura, adaptabilidad a diferentes metodologías educativas y humildad, para así poder ofrecer siempre una educación de calidad que les sea útil durante toda su vida a los alumnos y alumnas.
Como reza la cita del escritor y filósofo Ralph Waldo Emerson: «Nunca dejes de aprender porque la vida nunca deja de enseñar». Sin ningún tipo de duda, es una lección muy aplicable a cualquier ámbito de nuestra vida, pero, en especial, para aquellas personas que por vocación se dedican a la enseñanza. Frases sobre el aprendizaje como esta nos enseñan que la vida es un continuo viaje en el que nunca se deja, ni se debe dejar, de aprender.
En un mundo tan esencial como el de la educación, es muy importante tener presente que el aprendizaje no es solo cosa del alumnado, sino también de los docentes. Solamente de esta manera se puede ofrecer una educación de calidad, actualizada, dinámica y de valor, poniendo en práctica estrategias de motivación en el aula al mismo tiempo que se predica y se inspira con un ejemplo de dedicación a los estudiantes. A fin de cuentas, la figura de los educadores se remonta desde la Antigüedad hasta la actualidad, estando siempre ligada a una imagen de referente y de guía, que debe estar al día con los cambios de la sociedad y los avances; si un docente se queda obsoleto en sus conocimientos y métodos educativos, la educación que ofrecerá será de muy poco valor y utilidad.
Eso sí, no hay que perder de vista que la educación no se limita solamente al ámbito académico. ¡Ni mucho menos! Se trata también de mejorar y desarrollar habilidades que trascienden las aulas: emocionales, personales, cotidianas y sociales, como la empatía, la creatividad, la autogestión, la comunicación o la resolución de conflictos, que hacen posible conectar mejor con el mundo que nos rodea, pero en especial con los estudiantes. En definitiva, se trata de crecer como profesional, pero también como persona.
A lo largo de los siglos, no han sido poco los educadores, escritores y filósofos que han destacado la importancia de la docencia en la sociedad, así como la importancia de seguir nutriéndose de conocimiento durante toda la vida. Si como profesional de la educación quieres inspirarte día a día, anota estas frases sobre aprender y enseñar y sobre aprendizaje cooperativo, y tenlas muy presentes día a día:
«Cualquiera que para de aprender se hace viejo, tanto si tiene veinte como ochenta años. Cualquiera que sigue aprendiendo permanece joven. Esta es la grandeza de la vida». Henry Ford, empresario y emprendedor norteamericano.
«No estudio por saber más, sino por ignorar menos». Sor Juana Inés de la Cruz, estudiosa y escritora novohispana.
«Intenta aprender algo sobre todo y todo sobre algo». Thomas Huxley, biólogo y filósofo británico.
«Toda vida es una constante educación». Eleanor Roosevelt, escritora, activista y política norteamericana.
«Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, es un hábito». Aristóteles, filósofo y científico griego.
«Los niños tienen que ser enseñados sobre cómo pensar, no sobre qué pensar». Margaret Mead, antropóloga y poeta estadounidense.
«La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo». Nelson Mandela, político, activista y filántropo sudafricano.
«El verdadero objetivo de la educación es formar mentes no solo para que puedan recordar hechos, sino para que puedan pensar». Sydney J. Harris, periodista norteamericano.
«La educación es, sencillamente, el alma de una sociedad pasando de generación en generación». Gilbert K. Chesterton, escritor, filósofo y periodista inglés.
«La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma». John Dewey, pedagogo, psicólogo y filósofo norteamericano.
¿Sabes lo que es el aprendizaje cooperativo? Hablamos de un método educativo cuyo objetivo es mejorar el aprendizaje de los estudiantes mediante la interacción y la cooperación entre ellos, como su nombre nos indica. En concreto, se suele juntar al alumnado en grupos pequeños, asignando tareas, roles y responsabilidades a cada uno de ellos, pero donde todos tienen un objetivo común: el beneficio del grupo al completo.
A través de frases sobre aprendizaje cooperativo y sobre la educación, la importancia de esta metodología y del trabajo en equipo también ha quedado reflejada en el saber popular: «El aprendizaje es un viaje compartido, donde cada uno aporta su parte»; «Juntos somos más fuertes»; «En el trabajo en equipo, cada voz cuenta y cada idea suma»; «Cuando aprendemos juntos, crecemos juntos»; «El aprendizaje cooperativo no solo enseña, también une»…, ¡y estas son solo unas pocas!
Y es que no es de extrañar porque, al final, este tipo de dinámicas que priorizan el trabajo conjunto por un bien y objetivo común cuentan con una importancia esencial dentro del entorno educativo: ayudan a desarrollar habilidades de tipo social, enseñan sobre las responsabilidades compartidas y motivan a los estudiantes, al mismo tiempo que toman conciencia de cómo sus acciones pueden ser decisivas para el transcurso del trabajo, al igual que las del resto de sus compañeros.
La enseñanza no es solo transmitir conocimientos; es inspirar, acompañar y, sobre todo, seguir aprendiendo a lo largo de la vida. Como dijo John Cotton Dana: «Quien se atreve a enseñar nunca debe dejar de aprender», porque en esta vocación el aprendizaje es un viaje compartido que no termina nunca. La educación avanza, y los docentes, en su papel de guías y referentes, deben avanzar con ella.
La magia de educar está en estar dispuesto a renovarse, a escuchar a los estudiantes y a aprender de ellos, porque la educación no es una calle de una sola dirección. Como bien dicen muchas citas sobre la educación, a imagen de las que hemos ido viendo a lo largo de este post, el verdadero docente es aquel que crece junto con su alumnado, descubriendo nuevos caminos, adaptándose y enriqueciéndose con cada paso. Al final, recuerda: la mejor manera de educar es ser ejemplo de curiosidad, humildad y constante superación.